Dolor de rodilla: cortar por enfermedad.

La articulación de la rodilla es más susceptible a lesiones y deformaciones que otras. Soporta el peso del cuerpo y representa la mayor parte de las contusiones provocadas por el hielo, la práctica de deportes y el transporte de cargas. Por lo tanto, el dolor de rodilla puede aparecer a cualquier edad, desde la niñez hasta la vejez.

Los médicos han identificado al menos una docena de razones que pueden provocar dolor. ¿Cómo entender por qué le molesta la pierna y cómo deshacerse del dolor de rodilla?

dolor de rodilla

Causas del dolor de rodilla

El dolor de rodilla puede ser agudo o crónico. El dolor agudo, por regla general, es característico de patologías que progresan rápidamente (por ejemplo, artritis reactiva o postraumática), y el dolor crónico es característico de las patologías lentas que requieren tratamiento de por vida (artrosis). Las causas y el tratamiento del dolor de rodilla difieren.

Sin embargo, no se puede confiar únicamente en la naturaleza del dolor al realizar el autodiagnóstico.

Dolor agudo de rodilla

El dolor agudo en la rodilla ocurre inmediatamente después de un impacto traumático, unos días después de la lesión (generalmente por la mañana) o algún tiempo después de una infección. Las lesiones pueden ocurrir incluso durante las actividades cotidianas; su riesgo aumenta con el exceso de peso, los malos hábitos y las profesiones asociadas con el transporte de cargas pesadas.

moretones

Con un hematoma (puede ir acompañado de un hematoma azul, violeta o violeta o hemorragias puntuales), los tejidos se hinchan debido a la acumulación de exudado y se altera su nutrición. Dado que la articulación de la rodilla prácticamente no está protegida por tejidos blandos, sus hematomas son muy dolorosos y peligrosos. El dolor de rodilla debido a un hematoma puede indicar daño en el tejido del cartílago y el periostio, microfisuras óseas y otros problemas graves. Por lo tanto, si se produce dolor, es muy importante acudir a urgencias dentro de 1-2 días después de la lesión, incluso si el dolor no es demasiado intenso.

Los hematomas se caracterizan por un dolor intenso y agudo en la rodilla al presionarla, una hinchazón notable o un hematoma. Las sensaciones en el área de la articulación de la rodilla pueden ser de estallido y presión. Si la rodilla "dispara", es probable que se produzca un proceso inflamatorio; debe ser detenido por un ortopedista-traumatólogo.

Esguinces

Las causas del dolor intenso de rodilla a veces radican en un esguince que pasó desapercibido. Si hay tensión excesiva o tensión en los músculos, ligamentos, tendones, los síntomas pueden parecerse a un hematoma (acumulación de exudado, dolor al presionar, movilidad limitada en la rodilla, hematoma). Pero la naturaleza del dolor ya es punzante, aguda. También se produce inestabilidad en la rodilla al pisar la pierna dolorida: la articulación parece tambalearse. Cuando se torce, los síntomas aumentan muy rápidamente.

Lágrimas y lágrimas

Con una frenada brusca, una eversión de una extremidad o un impacto dirigido, se pueden romper los ligamentos que proporcionan la movilidad normal a la articulación. A menudo se escucha un pop característico. La pierna se hincha rápidamente en una hora, aumentando su tamaño 2 veces, la víctima siente un dolor agudo en la rodilla. Después de usar descongestionantes, se nota la movilidad anormal de la articulación de la rodilla. ¡Esta condición requiere tratamiento profesional!

Desgarro de menisco

Una lesión típica de los deportistas, que ocurre con mayor frecuencia cuando la pierna está doblada y simultáneamente evertida en la articulación de la rodilla. El dolor suele sentirse en la parte interna de la rodilla. Hay una hemorragia clara, una hinchazón grave y la persona lesionada no puede doblar la pierna a la altura de la rodilla. El paciente puede requerir cirugía inmediata para reparar el menisco.

Dolor crónico de rodilla

El dolor crónico se caracteriza por un aumento gradual del dolor. El ritmo de su progresión puede variar desde varios meses hasta varios años. Inicialmente, el dolor en la rodilla al doblarse ocurre después de una larga estancia en la misma posición, después de dormir, al principio o después de una actividad física (se requiere calentamiento). Las causas de este dolor suelen ser de naturaleza inflamatoria o degenerativa.

Paciente con dolor de rodilla en consulta con ortopedista-traumatólogo

Osteoartritis de la articulación de la rodilla.

En la osteoartritis, el proceso inflamatorio en la cápsula articular se propaga a las cabezas de los huesos. El cartílago de la articulación de la rodilla se desgasta y adelgaza, lo que hace que las cabezas de los huesos ya no se deslicen suavemente a través de la rodilla al flexionarse y extenderse.

Con esta enfermedad, se forma un derrame articular, que interfiere con el movimiento saludable junto con la fricción de los huesos. La osteoartritis de la rodilla puede ocurrir debido a causas genéticas, traumatismos (por ejemplo, daño de ligamentos tratado incorrectamente) y otras razones.

Artritis reumatoide

La causa del dolor de rodilla en esta enfermedad autoinmune es que las células de defensa del cuerpo atacan a sus propios tejidos. Cuando se daña la membrana sinovial de la articulación de la rodilla, la rodilla pierde movilidad, se hincha, se calienta y duele. Los pacientes también experimentan aumento de la fatiga, pérdida de apetito y la temperatura corporal general puede aumentar (hasta fiebre leve o superior).

En la artritis reumatoide, la sensación de rigidez y otros síntomas desagradables se notan especialmente por la mañana, inmediatamente después de despertarse. Esta enfermedad requiere terapia básica de por vida y observación por parte de un reumatólogo.

Síndrome de dolor patelofemoral

Este problema suele preocupar a los jóvenes (especialmente a las mujeres). No hay cambios estructurales en la articulación de la rodilla, pero la rótula puede avanzar con una mayor actividad física. La causa del dolor patelofemoral puede ser una posición incorrecta del pie (congénita y adquirida), cargas excesivas, cuando los músculos no están lo suficientemente desarrollados para realizar el ejercicio.

Otras causas de dolor de rodilla incluyen bursitis y sinovitis, ligamentitis y tendinitis (inflamación de la bolsa, ligamento y tendón, respectivamente). Se caracterizan por un dolor agudo. El paciente también puede estar preocupado por gota, neuropatía o problemas con la columna lumbosacra, quistes, oncología y otras enfermedades. Recuerda: sólo un reumatólogo puede valorar adecuadamente los síntomas tras las pruebas diagnósticas. Puede prescribir una terapia de mantenimiento mínimo durante 2 a 3 semanas (con posible recuperación espontánea) o formular una estrategia de tratamiento a largo plazo para un curso continuo o recurrente.

Diagnóstico del dolor de rodilla.

Antes de tratar el dolor de rodilla, es necesario que su médico determine la causa. El diagnóstico de dolor de rodilla comienza con una entrevista verbal con el paciente y la recopilación de una anamnesis. Es importante establecer si el paciente sufrió una lesión o infección poco antes del inicio del dolor, si existen síntomas que lo acompañan y en qué condiciones el dolor es especialmente intenso. Además, durante el examen inicial, el médico puede palpar el área que está causando preocupación y realizar pruebas motoras (por ejemplo, flexión-extensión de la rodilla) para evaluar el alcance del proceso patológico.

El médico realiza pruebas de diagnóstico para determinar la causa del dolor de rodilla.

Si le preocupa el dolor de rodilla, ¿a qué médico debe acudir? En primer lugar, consulte a un ortopedista-traumatólogo o reumatólogo. Elaborarán un plan de exploración y, si es necesario, le derivarán a otro médico.

Para confirmar el diagnóstico preliminar, los síntomas y el tratamiento del dolor de rodilla, los especialistas prescriben uno o más estudios:

  • Radiografía;
  • Ultrasonido;
  • resonancia magnética;
  • artroscopia (cirugía de diagnóstico mínimamente invasiva);
  • punción para recoger el líquido sinovial.

Tratamiento para el dolor de rodilla

El tratamiento del dolor de rodilla requiere un enfoque integrado, que incluye farmacoterapia, fisioterapia (incluidos ejercicios terapéuticos para fortalecer los músculos), mejora de la salud general y uso de ortesis especiales. Pueden ser vendas elásticas, rodilleras, férulas y otros dispositivos que ayudan a aliviar la rodilla, prevenir nuevas lesiones por movilidad anormal y acelerar la rehabilitación.

Un especialista prescribe un medicamento para tratar el dolor de rodilla

Tratamiento del dolor de rodilla con medicamentos.

Para el tratamiento del dolor de rodilla, los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), los glucocorticoides, los condroprotectores y los vasodilatadores desempeñan un papel importante. Los especialistas prescriben analgésicos simples con precaución, porque... no permiten que el médico tratante y el paciente evalúen el estado de la rodilla; los pacientes no siguen un régimen suave.

Se utilizan diferentes grupos de medicamentos para tratar el dolor de rodilla.

Medicamentos antiinflamatorios para el dolor de rodilla.

Aliviar la inflamación y el dolor es una de las tareas principales en caso de lesiones en la zona de la rodilla. Para ello se utilizan AINE locales y sistémicos (ungüentos y comprimidos para el dolor de rodilla).

Para el dolor, los pacientes reciben inyecciones para el dolor de rodilla.

Para el dolor leve a moderado, se pueden recetar AINE como ungüentos para el dolor en las articulaciones de la rodilla. Para las lesiones de rodilla, se recomiendan preparaciones con éster de ácido polisulfúrico mucopolisacárido. Para aliviar la hinchazón, con dimetilsulfóxido (también en forma de compresas, si el componente no irrita la piel).

Si los AINE son ineficaces y el paciente continúa experimentando un dolor insoportable, el médico tratante le selecciona un fármaco glucocorticosteroide en forma de tabletas o inyecciones intraarticulares.

Condroprotectores

Cualquiera que sea la enfermedad que cause molestias en la rodilla, los médicos recomiendan el uso de condroprotectores con fines terapéuticos y preventivos. El uso de estos fármacos acelera la regeneración del tejido conectivo, en particular del cartílago, lo protege del shock oxidativo y promueve el crecimiento de condrocitos sanos. Los condroprotectores tienen un efecto positivo en la tasa de rehabilitación después de una lesión, reducen el riesgo de complicaciones y prácticamente no tienen indicaciones secundarias.

Sería buena idea tomar vitaminas y complejos vitamínicos-minerales, especialmente aquellos con alto contenido en vitaminas B12 y C.

Vasodilatadores y antiespasmódicos.

Estos remedios para el dolor de rodilla también se denominan angioprotectores y correctores de la microcirculación. Mejoran la nutrición de los tejidos, ayudan a aliviar la hinchazón y protegen el tejido del cartílago de la inanición.

También puede ser necesaria una terapia especial si el dolor de rodilla no es primario sino que es causado por una infección o una enfermedad sistémica crónica. Implica tomar antibióticos, inmunosupresores y otros medicamentos especializados.

Fisioterapia para el dolor de rodilla.

Los procedimientos fisioterapéuticos han demostrado ser eficaces para eliminar el dolor tanto agudo como crónico. Ayudan a fortalecer y mantener el efecto de los medicamentos para el dolor de rodilla, así como a administrar los medicamentos más profundamente en el tejido blando (lo cual es especialmente eficaz para la articulación de la rodilla, que se encuentra relativamente superficial). La fisioterapia mejora la microcirculación sanguínea, reduce la inflamación y el dolor, favorece la salida del exudado y restablece la movilidad de la rodilla.

Sesión de terapia manual para el dolor en la articulación de la rodilla.

Los siguientes procedimientos pueden ayudar a aliviar el dolor de rodilla y restablecer la libertad de movimiento:

  • terapia magnética;
  • terapia con láser;
  • electroforesis medicinal;
  • galvanización;
  • frecuencia ultraelevada;
  • balneoterapia y fangoterapia;
  • terapia de ultrasonido;
  • aplicaciones de ozoquerita y parafina;
  • hirudoterapia;
  • amplipulso;
  • acupuntura;
  • masajes y terapia manual;
  • terapia diadinámica;
  • electromioestimulación;
  • crioterapia;
  • y otros.

Los procedimientos de fisioterapia se suelen realizar en 7-12 sesiones (según el tipo de impacto).

¡Atención! Antes de someterse a fisioterapia, asegúrese de consultar con su médico. Algunas técnicas se pueden utilizar en la rodilla solo en ausencia de inflamación, en estado de remisión (por ejemplo, masaje). Y algunos (por ejemplo, la electroforesis) están permitidos en la etapa aguda de la enfermedad.

Tratamiento relacionado con la intervención conjunta.

En caso de hinchazón severa, los médicos deben eliminar la acumulación de exudado, que interfiere con el funcionamiento normal y la nutrición de la articulación. Para hacer esto, se realiza una punción: se bombea el exceso de líquido con una jeringa. El procedimiento se realiza bajo anestesia local.

Si la medicación estándar y la fisioterapia son ineficaces, el médico puede prescribir un bloqueo periarticular, lavado articular o inyecciones intraarticulares de cócteles con ácido hialurónico. Para la artritis purulenta, la medicación se combina con punciones para eliminar el pus y lavado de la articulación.

Las operaciones quirúrgicas para el dolor de rodilla rara vez se realizan, generalmente cuando se requiere la reparación del menisco después de una lesión o la restauración de la articulación con artritis y artrosis avanzadas.

Ejercicios terapéuticos para el dolor de rodilla.

La fisioterapia se utiliza para reducir el dolor de rodilla, restaurar la amplitud de movimiento y compensar la carga sobre la articulación o el tendón afectado tonificando el tejido muscular. El efecto se produce dentro de los 10 días. Al realizar ejercicios, se recomiendan los llamados. “Posturas de descarga”: acostado, sentado. Es importante no perderse ni un día. Evite movimientos bruscos y dolores durante el ejercicio.

Los siguientes ejercicios son adecuados para la práctica en casa.

  • Acostado, piernas estiradas. Doblamos y flexionamos los dedos de los pies.
  • Acostado, piernas estiradas. Giramos los pies a izquierda y derecha, intentando colocarlos en el suelo.
  • Acostado, piernas estiradas. Usando la fuerza muscular, acercamos los dedos de los pies a las rodillas.
  • Acostado boca arriba. Sosteniendo la pierna debajo de la rodilla con ambas manos, dóblela suavemente y tirando de la rodilla hacia el pecho.
  • Acostado boca arriba. Sin levantar los omóplatos del suelo, giramos la pelvis y ambas piernas hacia el lado izquierdo, luego hacia la derecha. El brazo (del lado en el que giramos las piernas) se puede extender por encima de la cabeza siguiendo la línea del cuerpo.
  • Acostado boca arriba. Doblamos la pierna derecha a la altura de la rodilla, el pie derecho está en el suelo. Estire la pierna izquierda y levántela hasta el nivel de la rodilla derecha, y luego gire el pie en círculo (en el sentido de las agujas del reloj y en el sentido contrario a las agujas del reloj). Repita en forma de espejo para la otra pierna.
  • Acostado boca arriba. La pierna izquierda está recta, la pierna derecha está doblada por la rodilla. Cruzamos la pierna derecha sobre la izquierda (hacia un lado) y giramos la cabeza hacia la derecha. Repita para la otra pierna.
  • Acostado boca arriba. Hacemos el ejercicio “bicicleta” de forma suave.

Cómo cuidar la articulación de tu rodilla

La prevención del dolor de rodilla consiste en la mejora integral del cuerpo y el cuidado de la salud. Importante:

  • tratar lesiones y enfermedades infecciosas estrictamente bajo la supervisión de un médico especializado;
  • no descuide el tratamiento de enfermedades crónicas y congénitas (diabetes, gota, amigdalitis, displasia de cadera);
  • controle su peso y dieta, evite la obesidad, el exceso de sal, azúcar en los alimentos, limite el consumo de alcohol;
  • mantener una actividad física diaria sin sobrecargas;
  • tome cursos de condroprotectores anualmente si está predispuesto a enfermedades de las articulaciones;
  • someterse a un examen preventivo por parte de un reumatólogo 1 o 2 veces al año;
  • mantener un régimen saludable, tratar el insomnio;
  • beber suficiente agua (2-3 l/día);
  • no enfriar demasiado;
  • use ropa interior, ropa y zapatos cómodos y no demasiado ajustados;
  • Elige muebles cómodos y no te sientes con las piernas cruzadas.

Ante el primer dolor en la rodilla, no se demore ni se demore: ¡vaya al médico de inmediato!